jueves, 17 de enero de 2008

Cómo prevenir los accidentes infantiles

Las estadísticas demuestran que los accidentes son una importante causa de morbimortalidad entre los niños. Por eso, las asociaciones de médicos pediatras llegaron a distintos consensos y recomiendan una serie de medidas fáciles de implementar y que permiten reducir el peligro.
Los accidentes no sólo representan un riesgo muy importante para los niños de todas las edades, sino que además son extremadamente frecuentes. En la Argentina, según las estadísticas de la Sociedad Argentina de Pediatría, los accidentes son una causa de muerte e invalidez infantil más importante que todas las infecciones y las enfermedades congénitas juntas, constituyéndose incluso en la primera causa de muerte pediátrica en el país.
Traumatismos, heridas, intoxicaciones, quemaduras son algunos de los accidentes más frecuentes que afectan a los chicos, a los que hay que sumar las electrocuciones y los ahogamientos.
Un dato importante y seguramente sorprendente es que gran número de accidentes ocurre dentro del propio hogar. Así, una guardia de pediatría atiende aproximadamente 25.000 pacientes pediátricos por año, de los cuales entre 1500 y 1600 corresponden a accidentes que ocurren dentro del mismo hogar.
Esto se ve confirmado por las estadísticas de la Sociedad Argentina de Pediatría, que revelan que el 70% de los accidentes protagonizados por los niños ocurren justamente a pocos metros de la presencia de los padres o cuidadores. Para evitarlos es importante tomar en cuenta que con cada etapa del crecimiento del niño suelen asociarse determinado tipo de accidentes.


Los primeros cuatro años de vida
Los estudios de la Sociedad Argentina de Pediatría indican que durante el primer año de vida los accidentes infantiles más frecuentes son las caídas y las quemaduras. En esta etapa, algunos consejos de esta agrupación de médicos pediatras son:
A la hora de cambiar al bebé, es importante tener todos los elementos a mano para evitar darle la espalda al niño mientras se los busca.
No dejar al niño en sillas hamacas sobre superficies elevadas.
No dejar objetos cortantes y punzantes al alcance de los pequeños.
Evitar el uso de los andadores, pues suelen provocar caídas.
No dejar al niño sólo durante el baño.
No manipular líquidos calientes mientras se alza a un niño.
Ya en el segundo año de vida, los accidentes infantiles suelen ocurrir como resultado del interés que le despiertan al niño los distintos objetos que ve a su alrededor. En esta etapa, los consejos de la Sociedad Argentina de Pediatría son otros:
Rodear con vallas de seguridad tanto las piletas como los estanques de agua.
Tapar pozos y corregir desniveles.
En el auto, el niño debe viajar en la parte trasera, en su silla.
Poner fuera del alcance del niño objetos pequeños, como monedas o botones, por ejemplo.
En la cocina, utilizar las hornallas posteriores para cocinar, y no dejar las asas de los utensilios de cocina al alcance del niño.
Dejar también fuera del alcance del niño los medicamentos, artículos de limpieza, venenos, fósforos, etc.
Observar el estado de las instalaciones eléctricas, cubrir los tomacorrientes e instalar disyuntores.
Tanto en el tercer como en el cuarto año de vida del niño los accidentes más comunes con las caídas, las intoxicaciones, las mordeduras y los ahogamientos, señalan las estadísticas de la Sociedad Argentina de Pediatría. Es por eso que la entidad aconseja:
No dejar a los niños a cuidado de sus hermanos mayores.
No dejar a los pequeños solos.
Controlar las subidas a lugares elevados para evitar caídas.
Desalentar las conductas de automedicación.
No guardar sustancias tóxicas en envases de uso corriente.
Enseñar a los niños la natación lo más temprano posible.
Prevenir mordeduras de animales, al no dejar a solos a los niños con los perros y evitar el contacto con animales desconocidos.
Casi todas estas medidas (a excepción de aquellas que obviamente pierden vigencia, como las relacionadas con los andadores o con el cambio de ropa) deben perpetuarse en las siguientes etapas de la vida de los pequeños.


Cuidados en la pileta
En verano, las piletas constituyen un lugar en donde los accidentes infantiles son muy frecuentes, y es por eso que merecen un capítulo aparte.
La primera y principal medida de prevención es que los chicos estén siempre vigilados por adultos y que, aunque sepan nadar, nunca lo hagan solos, pues pueden golpearse o sufrir un calambre.
Otros consejos útiles para que los padres tomen en cuenta si sus hijos están en una pileta son:
No dejar que los chicos corran cerca de ellas, para evitar que se caigan en el piso y se lastimen, o que caigan dentro de la pileta y corran peligro de ahogarse si no saben nadar.
Advertirles a los niños de que no se tiren de cabeza en las zonas bajas de la pileta, pues son muy frecuentes los casos de traumatismo de cráneo.
No confiar en los flotadores ni en los juguetes inflables, ya que pueden darse vuelta o desinflarse en el momento menos pensado. Además, aquellos en que se colocan en los brazos de los chicos son muy poco seguros, pues si los pequeños levantan los brazos, se hunden.
Cercar las piletas para evitar el acceso sin control de los niños.
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