viernes, 14 de diciembre de 2007

Anemia en el embarazo

Causas
Con el embarazo aparecen una serie de cambios en el metabolismo de la mujer que implican un aumento de las necesidades nutricionales para abastecer satisfactoriamente las demandas del nuevo ser que comienza a gestarse en su vientre.
El nuevo territorio sanguíneo provocado por la placenta ocasiona un aumento progresivo del volumen de sangre circulante a expensas del plasma. Este aumento comienza alrededor de la décima semana de gestación y se extiende hasta las 30 a 34 semanas, para posteriormente estabilizarse hasta el parto. Esto va a originar una dilución de la sangre en sus componentes, lo que conllevará a una elevación de los glóbulos rojos, pero igualmente no alcanzará a compensar el aumento del plasma. Para que dicha elevación se lleve a cabo es imprescindible que el organismo disponga de una cantidad adecuada de hierro para formar la hemoglobina, principal componente de los glóbulos rojos, encargada del transporte del oxígeno hacia los distintos órganos.
Con los alimentos normalmente se ingieren de 12 a 15 mg. por día de hierro, el cual es transformado en el estómago para finalmente absorberse a nivel intestinal sólo de 0,5 a 1,5 mg. En la mujer embarazada, dicha absorción se encuentra elevada, alcanzando cifras entre 1,5 y 2,6 mg. Cuando el estado nutricional de estas mujeres es saludable, sus depósitos de hierro son suficientes para satisfacer el aumento del volumen sanguíneo circulante. Pero en otras, es necesario la administración de suplementos de hierro y de ácido fólico ya que no cuentan con las cantidades suficientes para afrontar este nuevo estado.


Influencias en el embarazo
La repercusión sobre el embarazo va a depender del tipo y el grado de anemia. Un embarazo de alto riesgo es aquel en el cual las cantidades de hemoglobina y de glóbulos rojos se encuentran por debajo de los valores considerados como normales ya que favorecerán el desarrollo de un sufrimiento fetal al no proporcionarle los niveles de oxígeno adecuados para su normal desarrollo.
Es común que se observe un retardo en el crecimiento de los recién nacidos, así como también una mayor probabilidad de parto prematuro.
También se ha visto una mayor incidencia de preeclampsia y de infecciones urinarias y aumenta considerablemente el riesgo de padecer una infección luego del parto.
Las anemias severas influyen en forma desfavorable sobre las afecciones cardíacas y pulmonares que presentaba previamente la madre, lo cual a su vez repercute en forma negativa en la gestación.


¿Cómo prevenirla?
Las manifestaciones clínicas que pueden presentarse en caso de anemia son la pérdida del apetito, cansancio, mareos, zumbidos en los oídos, sensación de falta de aire, piel y mucosas pálidas, aumento de la frecuencia cardíaca, hinchazón de pies y manos, entre otras. Estos síntomas son muy importantes a tener en cuenta, ya que constituyen un signo de alarma ante
un posible cuadro de anemia para así alertar a su médico. El se encargará de establecer las causas de dichos síntomas y de esta manera prevenir futuras complicaciones, tanto para la madre como para el bebe.
La mayoría de los casos de anemia durante el embarazo se deben a deficiencias de hierro, la cual habitualmente responde a una alimentación inadecuada, hecho muy común en las adolescentes.
La administración de suplementos de hierro asociada a un complejo vitamínico durante la gestación es recomendable en la mayoría de las embarazadas. De esta forma se previene la disminución de los depósitos de hierro y se asegura una cantidad suficiente para la producción de una mayor cantidad de glóbulos rojos.
En algunos casos la administración de ácido fólico es recomendada, ya que se prevendría la aparición de otro tipo de anemia a causa de una disminución de dicho complemento.


¿Qué es la amniocentesis?

En qué consiste
La amniocentesis es un procedimiento que se utiliza para obtener una muestra del líquido amniótico que rodea al feto, con el objeto de realizar exámenes en búsqueda de posibles situaciones peligrosas. Para obtener la muestra, se inserta una aguja muy fina a través del abdomen hasta llegar al útero, para lo cual debe determinarse exactamente la posición del feto y de la placenta a fin de no dañarlos. Esa determinación se realiza generalmente por la técnica del ultrasonido.
Puede realizarse en las etapas finales del embarazo para determinar la anemia fetal, la intolerancia al Rh, y para determinar si los pulmones del feto están lo suficientemente maduros como para que nazca. Pero desde hace un tiempo, la amniocentesis comenzó a usarse durante el segundo trimestre de la gestación para indagar sobre la posibilidad de ciertos defectos genéticos o cromosómicos como el Síndrome de Down, o de ciertas malformaciones.
La exactitud de la amniocentesis en el diagnóstico de anomalías cromosómicas está entre el 99 y el 100%. Pero no es un test que se indique a todas las mujeres embarazadas, ya que presenta un pequeño riesgo de infección o de aborto espontáneo. Según un estudio de los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades de los EUA (CDC), puede producir un aborto espontáneo por cada 400/200 embarazos.
Es cada vez más común que se practique entre 15 y 18 semanas después de la última menstruación. La amniocentesis temprana, entre las semanas 11 y 14 después del último período menstrual, no es recomendada a menudo por suponerse más peligrosa que la anterior.
La importancia de obtener una muestra del líquido amniótico es que en él existen células vivas del feto. Al hacer crecer durante una/dos semanas estas células en laboratorio pueden descubrirse anomalías cromosómicas y algunos defectos genéticos. El líquido también contiene alfafetoproteína (AFP), cuyo nivel medido en el laboratorio puede indicar el riesgo de ciertas alteraciones.
Luego de realizada la toma de la muestra, se recomienda que la embarazada descanse durante varias horas y que evite los esfuerzos físicos como permanecer de pie mucho tiempo, levantar o acarrear objetos pesados, etc.


Usos e indicación
Puede sugerirse su realización para la detección de trastornos cromosómicos cuando la mujer tiene 35 años de edad o más en el momento del parto, edad en que aumenta el riesgo de engendrar hijos con alteraciones cromosómicas. En el caso del Síndrome de Down, en el cual existe un cromosoma más que en los casos normales, las probabilidades aumentan cuatro veces luego de los 35 años, y varias veces más luego de los 40.
En el caso de un embarazo o un niño anterior con una anomalía cromosómica, o un antecedente familiar, suele ofrecerse la realización de la amniocentesis. También cuando existen antecedentes familiares de niños con defectos del tubo neural (médula espinal y cerebro, espina bífida y anacefalia). La amniocentesis puede diagnosticarlos midiendo el nivel de una sustancia producida por el feto (AFP) en el líquido amniótico. También puede hacerse cuando los estudios de AFP en la sangre de la madre hablen de un riesgo de que el niño pueda presentar esas alteraciones.
Mediante la amniocentesis también es posible diagnosticar infecciones uterinas y puede determinar la gravedad de una anemia fetal en casos de intolerancia al Rh para decidir sobre la necesidad de transfusiones de sangre para mantenerlo con vida.
Ya que la mayoría de las anomalías de nacimiento diagnosticadas por la amniocentesis no son tratables, muchos han criticado duramente la realización de este test prenatal, por considerarlo motivador de la realización de abortos.


Alcohol y embarazo

Introducción
Todo lo que una embarazada coma y beba afecta a su bebé. Si bebe alcohol, esto puede dañar el crecimiento de su bebé, pudiendo desarollar problemas emocionales y físicos que quizás lo acompañen por el resto de su vida. Los niños que nacen con problemas muy serios causados por el alcohol tienen síndrome fetal alcohólico (SFA), el cual puede causar una inmensa cantidad de serias consecuencias.
Ellos estarán en riesgo de:
· Nacer más pequeños. · Tener problemas al comer o al dormir. · Tener problemas para oír o ver. · Tener problemas al seguir instrucciones y al aprender a hacer cosas simples. · Tener problemas al prestar atención y al aprender en la escuela. · Necesitar maestras y escuelas especiales. · Tener problemas al relacionarse con otras personas y en controlar su comportamiento.
El SFA es fácilmente prevenible. Sólo hay que evitar la ingesta de bebidas alcohólicas durante el embarazo.

Preguntas y respuestas
Presentamos aquí algunas preguntas frecuentes con las respuestas que guiarán a la mujer a evitar la ingestión de bebidas alcohólicas durante el embarazo.
1. ¿Puede una embarazada beber alcohol?No. No beba alcohol cuando usted esté embarazada, ya que cuando usted bebe alcohol también lo hace su bebé, al igual que todo lo que ingiere.
2. ¿Hay alguna bebida alcohólica que pueda beber sin peligro durante el embarazo?No. El beber cualquier tipo de alcohol cuando esté embarazada puede lastimar a su bebé. Las bebidas alcohólicas son la cerveza, vino, refrescos a base de vino, licores o bebidas mezcladas. Un vaso de vino, una lata de cerveza, y una bebida mezclada tienen más o menos la misma cantidad de alcohol.
3. ¿Por qué si yo bebí durante mi último embarazo mi bebé nació bien? Cada embarazo es diferente. El beber alcohol puede lastimar a un bebé más que a otro. Usted podría tener un niño que nace saludable y otro que nace con problemas.
4. ¿Pueden desaparecer estos problemas? No. Estos problemas estarán presentes durante toda la vida del niño. Las personas con problemas muy severos quizás no puedan cuidarse solas o trabajar cuando sean adultas.
5. ¿Qué pasa si estoy embarazada y he estado bebiendo?Si usted ha bebido alcohol antes de saber que estaba embarazada, deje de beber ahora mismo. Usted se sentirá mejor y su bebé tendrá una mejor oportunidad de nacer saludable. Si usted planea quedar embarazada, no beba alcohol. Usted puede que no sepa que está embarazada inmediatamente. El alcohol puede lastimar el bebé aún cuando usted tenga solamente 1 ó 2 meses de embarazo.
6. ¿Cómo puedo dejar de beber?Hay muchas maneras de ayudarse a dejar de beber. Usted no tiene que beber cuando otras personas beben. Si alguien le ofrece una bebida, está bien decir que no. Aléjese de personas o lugares que le hagan beber. No mantenga alcohol en su casa. Si usted no puede dejar de beber, pida ayuda. Hay programas que le pueden ayudar a dejar de beber, y su doctor o enfermera pueden darle información. Aunque usted haya participado en uno de estos tratamientos anteriormente, inténtelo otra vez.

Síndrome fetal alcohólico (SFA)
Síndrome fetal alcohólico (SFA, o FAS por sus siglas en inglés) es el nombre dado a un grupo de defectos congénitos físicos y mentales causados por una mujer que toma mucho alcohol durante su embarazo.
Se caracteriza por un retraso en el crecimiento, anormalidades faciales, y un mal funcionamiento del sistema nervioso central. Los niños con SFA pueden tener problemas de aprendizaje, de memoria, dificultad para poner atención, resolver problemas, para hablar y escuchar. También pueden tener problemas en la escuela y para tener amigos.
El SFA es una condición irreversible que dura toda la vida y que afecta todos los aspectos de la vida del niño y de los miembros de su familia. Sin embargo, es totalmente evitable si la mujer no consume alcohol durante su embarazo.
Si una mujer embarazada toma bebidas alcohólicas pero su hijo no tiene todos los síntomas del SFA, es posible que haya nacido con una discapacidad en el desarrollo neurológico asociada con el alcohol (ARND por sus siglas en inglés).
No hay una cantidad de alcohol segura que las mujeres puedan tomar durante su embarazo. Cuando una mujer toma alcohol, también lo hace su feto porque el alcohol atraviesa libremente la placenta. No hay una dosis segura de alcohol durante el embarazo, y aparentemente tampoco existe un periodo seguro durante el embarazo para consumir alcohol.
Todas las bebidas con alcohol pueden lastimar al bebé. Una lata de cerveza contiene la misma cantidad de alcohol que una copa de vino o un trago de licor. Algunas bebidas alcohólicas, como las hechas a base de malta, los wine coolers, y las bebidas mezcladas muchas veces tienen una cantidad mayor de alcohol que una lata de cerveza.
Si una mujer embarazada toma bebidas alcohólicas, nunca es muy tarde para dejar de hacerlo. Entre más pronto lo haga, será mejor para ella y para su bebé.
No hay cura para este síndrome, pero si se identifica y diagnostica pronto, los niños con SFA pueden recibir los servicios adecuados para maximizar su potencial.
Información obtenida del Centro Nacional de Salud Ambiental, CDC.

Retardo del crecimiento en el embarazo

Definición
Un niño presenta un retardo en el crecimiento dentro del seno materno cuando puede estimarse que posee un peso muy inferior al que le corresponde al período gestacional en el que se encuentra la madre. En caso de nacer en el momento en que se detecta el retraso en el crecimiento, su peso se encontraría muy por debajo de los estándares obtenidos de niños considerados "sanos", cuyas madres no padecieron ninguna enfermedad conocida.
Diversos son los factores que pueden actuar modificando el crecimiento normal en el vientre de la madre; de hecho, en el 60% de los casos se los puede identificar. Entre los más frecuentes se destacan:
a) factores de riesgo presentes antes de la concepción, como el bajo nivel socioeconómico, primer hijo, edades limítrofes (adolescencia, edad avanzada), enfermedades como hipertensión arterial y diabetes;
b) factores de riesgo en el momento del embarazo, como embarazo múltiple, hipertensión inducida por el embarazo, período entre dos gestaciones menor a un año, aumento de peso al final del embarazo inferior a lo esperado, infecciones bacterianas, virales y parasitarias;
c) factores relacionados con los hábitos maternos, como tabaquismo, consumo de excesivo de cafeína o alcohol y estrés, entre otras.
Los niños considerados pequeños para su edad gestacional presentan un riesgo de mortalidad perinatal ocho veces superior que aquellos que presentaron un peso al nacer dentro de los límites normales.

¿Cómo detectarlo?
Desafortunadamente, en muchos casos el primer contacto que se tiene con la mujer es cuando ya está embarazada, por lo que en ese momento y en los subsiguientes controles prenatales deben identificarse aquellos factores de riesgo enunciados anteriormente, capaces de influenciar en el crecimiento del bebe dentro el útero. Con ésto se intentará detectarlos cuanto antes y poder corregirlos.
Generalmente, el retardo en el crecimiento es detectado recién entre las semanas 30 y 32, manifestándose con movimientos fetales escasos, disminución o cese del crecimiento del tamaño del vientre materno y poco aumento de peso de la madre.
La ecografía constituye el método diagnóstico de mayor sensibilidad para la detección de este trastorno.
En todos los casos debe conocerse fehacientemente la semana de gestación en la que se encuentra la madre, para no cometer el error de diagnosticar un retardo del crecimiento cuando en realidad es un niño con un crecimiento normal y en lo que se está equivocado es en la edad gestacional.

¿Cómo prevenirlo?
Antes y durante el embarazo pueden adoptarse una serie de medidas generales tendientes a evitar su aparición, como abandonar el cigarrillo, mejorar la alimentación para poseer un estado nutricional lo más adecuado posible y evitar las situaciones de estrés.
En caso de anemia o hipertensión inducida por el embarazo deben ser corregidas y fundamentalmente prevenidas con los controles prenatales que sean necesarios.
El reposo, principalmente acostadas de costado mejora la circulación a nivel del útero y la placenta.
Cuando el trastorno es detectado en las fechas próximas al parto, la decisión de continuar con el embarazo o inducir el parto depende de los recursos con los que se cuenten para asegurar la salud del hijo.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Consejos de Terapia Ocupacional para mejorar la conducta

Todos conocemos niños desobedientes, inquietos o malos estudiantes. Y no es que sean así porque quieran. En muchos casos no son responsables de su actitud, porque hay algo más fuerte que ellos que determina su comportamiento. Ese algo puede ser un trastorno del procesamiento sensorial (TPS), también conocido como disfunción de la integración sensorial (DIS).El TPS o DIS se presenta cuando el sistema nervioso central no es capaz de interpretar y organizar adecuadamente las informaciones captadas por los diversos órganos sensoriales. Por tanto, tampoco puede analizar y utilizar dicha información adecuadamente para entrar en contacto con el ambiente y responder eficazmente a los múltiples estímulos del entorno.
Un trastorno en el procesamiento sensorial afecta profundamente a la capacidad de afrontar las ocupaciones de la vida cotidiana. Sencillas actividades como comer, vestirse, bañarse, jugar o hacer las tareas del colegio se convierten en inconvenientes difíciles de superar. Como consecuencia de un TPS pueden aparecer problemas emocionales, sociales y académicos, que en muchas ocasiones son achacados a otros motivos.
La Dra. Jean Ayres, terapeuta ocupacional estadounidense, fue la primera en describir un conjunto de conductas atípicas relacionadas con un procesamiento sensorial deficiente. Sus investigaciones la llevaron a formular la Teoría de la Integración Sensorial. Hoy día sabemos que los principios de esta Teoría son útiles no sólo para los niños que padecen TPS, sino para todos. Tener en cuenta los estímulos sensoriales que reciben los niños y los jóvenes, padezcan TPS o no, les puede ayudar a ser más eficaces en el desempeño de sus ocupaciones diarias y en su interacción con el entorno.
Los siguientes consejos para ayudar a los niños y jóvenes en su vida diaria están basados fundamentalmente en la Teoría de integración sensorial.
Adolescentes sanos
Actividades como patinar, andar en monopatín o hacer acrobacias en bicicleta suelen gustar mucho a los adolescentes. Y son una excelente manera de obtener grandes cantidades de estímulo vestibular, esencial para muchos adolescentes de cara a sentirse tranquilos y serenos. Sin embargo, la falta de espacios adecuados para desarrollar estas actividades las convierte en un estorbo para quienes no las practican.
Diversas investigaciones apuntan a la necesidad de que los adolescentes realicen actividades físicas variadas. Ante el alcohol, el tabaco y drogas en general, los jóvenes que practican actividades físicas tienen menos probabilidades de sucumbir que los adolescentes que pasan la mayoría de su tiempo en ocupaciones como ver la televisión, jugar a la videoconsola o escuchar música, según atestiguan numerosos estudios. Los jóvenes más activos también corren menos riesgo de verse implicados en violencia callejera, actividad sexual prematura o delincuencia.
Implicar a los jóvenes en sanas y productivas ocupaciones es esencial para favorecer una adecuada participación social.


  • Los jóvenes y el estudio
    A la hora de estudiar, los jóvenes deben encontrarse en un estado adecuado, es decir, relajados y descansados. Para que la mente esté activa y atenta, el cuerpo no debe hallarse cansado ni tenso.
    Se ha comparado nuestro estado de alerta y atención con el motor de un coche, el cual puede tener un nivel de revoluciones demasiado alto o demasiado bajo. Del mismo modo, nosotros podemos estar demasiado excitados o demasiado relajados; ambos estados nos impedirán concentrarnos y aprender adecuadamente.
    Si antes de estudiar se ve mucho la televisión o se juega en el ordenador o en la videoconsola, la mente estará demasiado excitada. Al contrario, la mente estará demasiado relajada, por ejemplo, si el estudio se realiza nada más despertar o a altas horas de la noche.
    Hacer yoga, practicar deporte, dar un buen paseo al aire libre o realizar otras actividades similares antes de ponerse a estudiar, ayuda al organismo a encontrar el estado de equilibrio apropiado para la concentración y el aprendizaje.

  • El niño y la rutina
    Para que los niños puedan regular su conducta es importante que sus actividades diarias estén organizadas de un modo equilibrado y previsible. A todos los niños les resulta tranquilizante saber lo que va a ocurrir a continuación.
    Del mismo modo que el suspense y lo desconocido excitan, las vidas desordenadas, con muchos cambios imprevisibles, producen inseguridad o excitación que se traduce frecuentemente en conductas negativas.
    Como es normal, todas las familias tienen momentos en los cuales hay que romper la rutina. En dichos momentos, debemos intentar mantener cuantos más elementos de la rutina sea posible. Por ejemplo, si se va a dormir fuera conviene llevar el muñeco, el libro de cuentos u otros elementos que suelen formar parte de la rutina de acostarse.
    Grandes cambios, como mudarse de casa, por ejemplo, pueden ser especialmente difíciles para los niños. Prepararlos, explicándoles claramente lo que va a pasar, les ayuda a sentirse más tranquilos. Hacer un dibujo o un juego con los acontecimientos especiales que se aproximan ayuda a que los niños estén más preparados para afrontarlos.

  • El autocontrol en los niños
    Habitualmente los problemas de comportamiento y atención en los niños son abordados con fármacos o con programas conductuales basados en premios y castigos.
    Ambas estrategias suelen dar buenos resultados, aunque con el inconveniente de que representan un control externo sobre el niño y pueden crear dependencia. Es decir, el niño funciona bien con la pastilla o con el premio correspondiente; pero si le faltan, su actitud empeora.
    Para evitar dicha dependencia, en coordinación con el médico o el psicólogo, el terapeuta ocupacional especializado en integración sensorial trabaja con el niño el aprendizaje de la autorregulación. Tras una evaluación específica del niño, se diseña un programa de actividades individualizadas, acorde con sus características sensori-motoras.
    Es imprescindible que padres y educadores sepan reconocer los estados de alerta inadecuados. Por ejemplo, un exceso de actividad o estar irritable son síntomas de un nivel de alerta inapropiado.
    Si se sabe cómo lograr que un niño se autorregule mediante una actividad ocupacional, se evitarán muchos problemas.

  • El niño y los actos sociales
    Para que la presencia de niños en actos sociales donde se requiere tranquilidad y silencio no acabe en riñas, castigos y disgustos, la Terapia Ocupacional nos brinda algunas estrategias.
    A muchos niños les resulta difícil permanecer sentados y tranquilos, por ejemplo, durante una ceremonia de boda o en una comida en un restaurante. Como es normal, se mueven, tocan todo lo que está a su alcance y buscan maneras de estimular su sistema nervioso.
    Para tratar de evitar esas conductas, debemos procurar que anteriormente obtengan la dosis sensorial que necesitan. Por ejemplo, actividades como saltar a la comba, jugar intensamente en los juegos del parque o jugar al balón proporcionan sanos estímulos vestibulares y propioceptivos que ayudan a regular el estado de alerta y tener más tranquilidad.
    Debemos evitar que vean televisión, que jueguen a la videoconsola o que realicen otros juegos sedentarios justo antes de un acto social formal. Si previamente han tenido bastantes estímulos sensoriales, proporcionarles después algunos juguetes pequeños será suficiente para que se entretengan y no molesten a los demás.

  • El niño en el supermercado
    Para prevenir caprichos y berrinches por parte de los niños mientras se hace la compra, la Terapia Ocupacional nos ofrece varias estrategias.
    Hay que implicar a los niños en la ocupación, lo cual hará que se sientan importantes, no se aburran y, por tanto, no empiecen con perretas para reclamar la atención. Por ejemplo, podemos preparar en casa la lista de la compra con ellos, aprovechando el momento para practicar la escritura y, a la vez, introducirlos en el arte de gestionar un hogar.
    Una vez en el supermercado, el niño puede levantar bolsas de patatas y paquetes de leche para meterlos en el carro o llevar alguna bolsa con los artículos comprados. También puede ayudar a meter la compra en el coche o llevarla hasta casa, guardarla en los armarios, etc.

  • Viajar en coche con niños
    Tener un desplazamiento tranquilo en el coche con dos o tres niños en el asiento trasero es algo que parece a veces imposible. El no poder moverse del sitio y las escasas posibilidades de cambiar de postura causan que muchos niños se vuelvan más irritables en el automóvil. En ese estado es más probable que estallen riñas y conflictos entre los ocupantes del asiento trasero.
    Por ello, hay que procurar que los niños tengan ocasión de moverse bastante y de tener actividades físicas suficientes antes de efectuar un viaje, porque es algo que les ayuda mucho a estar más tranquilos.
    Separar a los niños con unos almohadones o varios muñecos de peluche es una buena manera de evitar los pequeños roces que pueden transformarse rápidamente en grandes riñas.
    Poder escuchar música por unos cascos o ver una película en un reproductor de DVD es otro modo de mantener la atención de los niños alejada de las peleas. Si no, siempre es posible recurrir a algo más tradicional como es animarlos a cantar algunas de sus canciones favoritas.

  • El niño hipersensible
    El niño etiquetado como arisco es, a veces, un niño hipersensible táctilmente, al que la típica carantoña que los mayores suelen hacer en la cabeza le supone una verdadera molestia. Dada su percepción sensorial, afectada por un trastorno del procesamiento sensorial, es como si a nosotros se nos acercara alguien y nos proporcionara una dolorosa colleja.
    Padecer hipersensibilidad táctil también puede provocar que el niño rechace que le laven el pelo, la cara o los dientes. Asimismo, rechazar vestirse y tener dificultades con el sueño y la aceptación de alimentos son también problemas frecuentes en este tipo de niño.
    Debemos entender que hay una razón neurológica detrás de dichas conductas negativas y, por tanto, debemos tratar de adaptar las actividades diarias para que sean más llevaderas para el niño.

  • El niño y el sueño
    Los niños, para dormirse tranquilos, en los momentos previos tienen que evitar ciertos estímulos excitantes, como son ver la televisión y jugar a la videoconsola o al ordenador. Actividades como saltar o correr también deben evitarse a medida que se aproxima la hora de irse a la cama.
    Estas actividades físicas, sin embargo, deben formar parte de la rutina diaria del niño en otras horas, puesto que ayudan a regular el estado de alerta y facilitan que, más tarde, la transición entre la vigilia y el sueño se realice adecuadamente.
    Pero justo antes de dormir conviene realizar actividades que proporcionen estímulos relajantes. Por ejemplo, mecer a los niños, bien arropados y calentitos, ayuda a que se relajen antes de ir a la cama. Es preferible que el niño no se duerma mientras lo están meciendo, para que aprenda a dormirse solo en su propia cama.
    Una vez acostados, a algunos niños les viene bien que la ropa de la cama esté bien ceñida sobre ellos. Este estímulo de tacto profundo resulta muy eficaz para relajar; es comparable al efecto de un masaje relajante.

  • Niños que no comen bien
    Existen numerosas causas y de muy variados tipos por las que los niños no comen bien.
    A veces se trata de niños hipersensibles, es decir, con una excesiva sensibilidad oral, a los que les producen una sensación muy desagradable tanto las texturas como los sabores de los alimentos. Por esta causa, estos niños tendrán tendencia a los alimentos crujientes y secos o a los purés y líquidos muy finos. Hay otros niños cuya causa para no comer bien es el hastío que tienen de tomar siempre purés y papillas, cuando ya podrían estar con alimentos de texturas más duras. España es uno de los países donde los niños empiezan más tarde a comer texturas masticables. Igual que cualquier adulto se cansaría de comer siempre casi lo mismo, los niños también se hartan de tomar durante meses y meses comidas muy parecidas.
    En ambos casos, tanto en el de los niños hipersensibles como en el de los que están cansados ya de purés y papillas, puede resultar beneficioso incorporar a sus comidas alimentos crujientes, siempre teniendo en cuenta la capacidad de masticación del niño. Se les puede dar, por ejemplo, biscotes, ya que se deshacen fácilmente con la saliva en la boca, pero ofrecen una textura crujiente que suele gustar a casi todos los niños. Alternar una cucharada de verdura o fruta con un trocito de biscote también puede ser un buen truco.

  • Autonomía infantil en el cuarto de baño
    Las dificultades de muchos niños con el aprendizaje del uso de la bacinilla y el inodoro pueden ser debidas a un problema en el procesamiento sensorial.
    Es posible que un niño que no acaba de adquirir el control de sus esfínteres sea hiposensible a los estímulos y no sienta la necesidad de evacuar; o que la sienta in extremis, cuando ya no queda tiempo para acudir al cuarto de baño. Puede incluso no darse cuenta de que se ha manchado.
    Otros niños pueden ser hipersensibles y rechazar el contacto de su piel con la fría porcelana del inodoro. Algunos experimentan desagradables sensaciones en el momento de evacuar y optan por retener heces y orina para evitarlo. Esta conducta puede provocar infecciones y estreñimiento.
    En ambos casos, los juegos y las actividades que proporcionan estímulo propioceptivo, es decir, las que requieren fuerza muscular, ayudan a normalizar el procesamiento sensorial. Una intervención de Terapia Ocupacional basada en la Teoría de la Integración Sensorial también puede ayudar a que el niño responda de manera más adecuada a sus señales corporales.


Isabelle Beaudry Bellefeuille.Terapeuta Ocupacional. Presidenta de la Asociación Española de Integración Sensorial.



Juguetes apropiados de acuerdo a la edad de su niño

La siguiente es una lista de juguetes que la Academia Americana de Pediatría y otros estamentos recomiendan para los niños a edades específicas. Utilice estas recomendaciones al ir a comprar juguetes. Tenga en cuenta que estas son solamente recomendaciones. Todos los juguetes pueden ser peligrosos si no se usan apropiadamente o si no están en buenas condiciones. Los padres deberán comprobar que los juguetes estén etiquetados correctamente y siempre deberán supervisar a los niños pequeños.


  • Bebés recién nacidos a 1 año de edad

Seleccione juguetes de colores brillantes, de peso ligero, que le sean atractivos a la visión, el tacto y el oído de su bebé.

  • Libros de tela, plástico o cartón con dibujos grandes
  • Bloques grandes de madera o plástico
  • Ollas y sartenes
  • Sonajeros o maracas
  • Animales, muñecas o pelotas suaves y lavables

  • Objetos brillantes, móviles que estén fuera del alcance del bebé
  • Tableros de jugar para bebés
  • Juguetes flotantes para la bañera
  • Juguetes oprimibles

  • Niños que están aprendiendo a andar, de 1 a 2 años de edad
Los juguetes para estos niños deben ser seguros y poder resistir la naturaleza curiosa de estos niños.

  • Libros de tela, plástico o cartón con dibujos grandes
  • Muñecos sólidos y resistentes
  • Coches de juguete
  • Trompos musicales
  • Bloques de formas geométricas para empalmar o apilar
  • Juguetes de empujar y tirar (sin hilos largos)
  • Juguetes apilables
  • Teléfonos de juguete (sin cordones)

  • Niños de edad preescolar, de 2 a 5 años de edad
Los juguetes para este tipo de niños pueden ser creativos o pueden imitar las actividades de los padres y los niños mayores.
  • Libros (historias cortas o historias de acción)
  • Pizarras y tizas
  • Bloques de armar
  • Lápices de colores, pinturas no tóxicas para los dedos, barro, plastilina, etc.
  • Martillos y mesas de trabajo
  • Juguetes de limpieza para la casa
  • Juguetes para el exterior: cubos areneros (con tapa), resbaladillas o toboganes, columpios, casas de juego, etc.
  • Juguetes de transporte (triciclos, coches, vagonetas)
  • Reproductores de música (tocacintas o cassetes, tocadiscos, discos compactos)
  • Rompecabezas simples con piezas grandes
  • Ropa para disfrazarse
  • Utensilios para jugar al té

  • Niños de 5 a 9 años de edad
Los juguetes para este tipo de niños deberán ayudar a que desarrollen nuevas aptitudes y creatividad.
  • Tijeras sin filo, juegos de costura
  • Juegos de cartas
  • Juegos de médicos y enfermeros
  • Títeres
  • Pelotas
  • Bicicletas (con casco)
  • Juguetes para manualidades
  • Trenes eléctricos
  • Muñecas de papel
  • Cuerdas de saltar
  • Patines con equipo de protección
  • Equipo deportivo
  • Juegos de mesa

  • Niños de 10 a 14 años de edad
Las actividades de pasatiempo y las actividades científicas son ideales para esta edad.
  • Juegos de ordenador
  • Equipos de costura, tejido, trabajo de punto
  • Microscopios, telescopios
  • Juegos de mesa y juegos de tablero
  • Equipo deportivo
  • Colecciones y pasatiempos
De los aspecto comentados podemos concluir que la selección de un juguete apropiado puede ser laboriosa y algunas veces compleja y, por tanto, no puede hacerse a la ligera. De ahí que todos los que estamos al cuidado de los niños, incluidos los pediatras, debamos contribuir a educar y ayudar en este cometido. Porque a través del juego se pueden enseñar otras muchas cosas, como el espíritu solidario, el compañerismo, el compartir, el amor a la naturaleza, etc. Teniendo en cuenta estas consideraciones seguramente acertaremos en la compra del juguete apropiado, sobre todo en estas fechas que se aproximan tan propicias para regalar juguetes, que por cierto no tienen por qué ser los más caros ni los más sofisticados.

Control de esfínteres en los niños

La vejiga urinaria es un órgano que sirve para almacenar la orina que llega desde los riñones. Durante el llenado, la vejiga permanece relajada. Para evitar que se escape la orina, la vejiga y uretra cuentan con unos esfínteres, pequeños músculos que se sitúan a la salida de la vejiga y alrededor de la uretra, los cuales permanecen contraídos (cerrados). Cuando la vejiga se llena de orina el niño siente grandes deseos de orinar. En ese momento, desde la vejiga se envían señales a través de vías nerviosas que alcanzan la médula espinal y el cerebro. Una vez conocida la información, desde el cerebro se envían órdenes a través de vías nerviosas para que el esfínter se relaje (se abra) al tiempo que la vejiga se contrae para vaciar totalmente el contenido de orina.
Esta coordinación de funciones entre la vejiga y los esfínteres se lleva a cabo mediante mecanismos neurológicos de gran complejidad, por lo que su control voluntario aparece tardíamente.
Algo similar ocurre para el control de las heces en el tubo digestivo (región recto-anal), existiendo unos esfínteres (interno y externo) en el canal anal que al permanecer contraídos (cerrados) evitan que se escapen las heces cuando éstas llegan al recto.
La secuencia de adquisición del control vesical e intestinal en la mayoría de los niños es como sigue: primero se produce el control de las heces durante la noche y después el control de las heces durante el día. Posteriormente, se produce el control de la orina durante el día y finalmente el control de la orina durante la noche. Sin embargo, existe una variación interindividual e intercultural de este esquema. Para la adquisición del control diurno influyen poderosamente los factores educacionales, familiares, sociales, psicológicos y hereditarios.
Durante la lactancia la micción y la defecación se realizan de manera automática y refleja, es decir sin control voluntario.
Entre los 18 meses y los 3 años se produce la maduración de los centros nerviosos cerebrales, de manera que entre los 2 y los 4 años la mayoría de los niños pueden controlar adecuadamente ambos esfínteres (vesical y anal) y por tanto pueden comenzar a “avisar” su deseo, siendo capaces de retrasar el momento de la micción o defecación y de hacerlo en el momento y lugar deseado. Pero esta “habilidad" debe ser aprendida por el niño.

La mejor manera de fomentar el control de esfínteres es a través del estímulo y la gratificación. A partir de los 18 meses se debe sentar al niño en un orinal o bacinica a la misma hora todos los días durante unos minutos. Con el tiempo ocurrirá la defecación o la micción espontánea. Este momento debe ser festejado con cariño, aprobación e incluso con regalos para que el niño aprecie la alegría que este comportamiento suscita en sus padres. Poco a poco dicho evento se repetirá y se transformará en rutina.

La continencia urinaria nocturna es más difícil de conseguir y sólo se presenta en un 26 % de los niños a los 18 meses de vida. A los 3 años, el 75 % de los varones y el 80 % de las niñas permanecen secos durante la noche. A los 6 años tan solo un 13 % de los niños mojan la cama (enuresis nocturna). Cuando ocurre esto se debe consultar con el pediatra. Éste aconsejará e informará a los padres de la naturaleza del problema y descartará la existencia de otras patologías urológicas que cursan con incontinencia.

Cuando a un niño con más de 4 años se le escapan las heces sin que existan problemas en el recto o en el esfínter anal se denomina encopresis y ocurre entre el 1% y el 2% de los niños con 7 años. En la mayoría de los casos se produce secundariamente a un estreñimiento. La encopresis puede originar graves problemas sociales, familiares y psicológicos, y por tanto debe ser consultada asimismo con el pediatra o especialista.

¿Qué es lo que los padres no deben hacer ante una incontinencia urinaria o de las heces?
Enfadarse, regañarle y ridiculizarle delante de los demás. Esto agravará el problema.
No darle ninguna importancia o darle mucha más de la que tiene.
No exigirle al niño ni compararle con otros. Esto sólo generará angustia.

¿Qué se debe hacer?
Lograr la colaboración del niño.
Pedirle que ayude a cambiar la ropa de la cama o cambiarse él.
Tratar el problema con naturalidad, dándole la importancia que tiene, ni más ni menos.
Premiarle con cosas que le gusten los días que no se haga pis o se le escapen las heces.
Si con estos consejos no mejora la situación, deberá acudir a su pediatra o especialista para solucionar la incontinencia y evitar problemas de autoestima.



Dr. Carlos Gutiérrez Segura. Cirujano Pediátrico.Unidad de Urodinámica y Motilidad Digestiva Pediátrica, Hospital Central de Asturias.Unidad de Incontinencia Urinaria, Reeducación del Suelo Pélvico y Urodinámica, Centro Médico de Asturias.






martes, 11 de diciembre de 2007

Científicos alemanes vinculan la hiperactividad infantil a los genes

Un grupo de científicos alemanes indicó el jueves haber hallado pruebas de que la hiperactividad infantil está relacionada con los genes, al identificar tres mutaciones genéticas entre los niños afectados.El equipo de investigación dirigido por el profesor Johannes Hebebrand, de la Universidad de Duisburg-Essen (oeste alemán), analizó 329 familias con niños afectados por el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH).Los expertos detectaron que la mayoría de ellos, alrededor de un 70%, presentaba una combinación de tres mutaciones en el gen llamado "transportador de dopamina", asociado a la hiperactividad.Los niños que "presentan esta combinación en ambas copias del gen tienen un riesgo 2,5 veces superior de sufrir TDAH. La gente con una sola copia de esta variante también tiene casi el doble de posibilidades" de contraerlo, señaló Hebebrand en un comunicado."Evidentemente, esto no significa que todo el mundo que tiene estas variantes genéticas padecerá automáticamente este trastorno", agrega.El estudio aporta pruebas más firmes sobre el papel del transportador de la dopamina en el desarrollo del TDAH, señaló este experto.Este trastorno psiquiátrico es el más común entre niños y adolescentes, sobre todo entre varones, cuyos índices son entre tres y cuatro veces superiores que entre las niñas.Fuente: AFP

Niños autistas podrían aprender a través de estereotipos, según estudio

Los niños autistas tienen una capacidad para entender a otras personas a través de estereotipos por lo que esa habilidad podría utilizarse para mejorar su aprendizaje y socialización, según un estudio hecho público hoy en el Reino Unido."Uno de los principales problemas de los niños autistas es que son incapaces de entender por qué el resto de gente hace determinadas cosas: cuáles son sus motivaciones o qué están pensando o sintiendo", explicó la catedrática Uta Frith, del University College London (UCL), que ha desarrollado la investigación."Este estudio demuestra que los niños autistas pueden comprender muy bien los estereotipos. Esperamos que esa habilidad pueda utilizarse para ayudarles en su aprendizaje y socialización", añadió.Los científicos de la UCL llevaron a cabo el estudio con cuarenta y nueve niños en edad escolar, veintiuno autistas y otros veintiocho sin ese problema, a los que les plantearon preguntas basadas en dibujos que representaban a hombres y mujeres coloreados en marrón o rosa.

El 75 por ciento de las respuestas dadas por los niños, tanto si eran autistas como si no, estaban basadas a estereotipos comúnmente mantenidos de raza o género.Por ejemplo, los investigadores mostraron a los menores un dibujo con dos niños, David y Emma, y les preguntaron cual de ellos tenía cuatro muñecas: la respuesta referida a David resultó negativa.La científica reconoció que los estereotipos "pueden ser peligrosos ya que son la base del prejuicio", pero recordó que todos generalizamos en algún momento en situaciones en las que tenemos que tomar decisiones rápidas y no sabemos nada sobre la otra persona.Los expertos, cuyo estudio será publicado en la revista "Current Biology", destacan que el autismo afecta a unas 500.000 familias en el Reino Unido Fuente: EFE

Medicamentos contra resfríos no tienen resultados en menores de 6 años

Un grupo de asesores de la Administración de Alimentos y Fármacos de EE.UU. (FDA) recomendó hoy no aplicar medicinas contra la tos y el resfrío común a niños menores de seis años.Los expertos indicaron que se deben realizar mayores estudios sobre los verdaderos efectos de esos medicamentos que se venden sin receta y se administran a los niños desde hace años en este país."Los estudios que disponemos ahora no demuestran su eficacia y parecen no tener resultados", dijo en un comunicado Sean Hennessy, epidemiólogo de la Universidad de Pensilvania, y miembro del panel de asesores.La recomendación se aplica a medicinas que contienen ingredientes como descongestionantes y antihistamínicos, pero no a los expectorantes, señaló.Fuentes de la FDA indicaron que se trata sólo de una recomendación que no tiene aplicación obligatoria aun cuando podría significar que en el futuro las etiquetas en los frascos que contienen esas medicinas lleven una advertencia sobre su uso.La recomendación fue dada a conocer después de que un grupo de pediatras pidió que la FDA limite la venta de esas medicinas a niños menores de seis años.Señalaron que estaban alarmados por un creciente número de casos de muertes, ataques y alucinaciones en algunos niños a quienes se habían administrado remedios contra el resfrío común.Sin embargo, las empresas farmacéuticas fabricantes de los medicamentos han afirmado que éstos son seguros y efectivos cuando se les administran en las dosis indicadas a niños de dos años o mayores.El director de la Oficina de Medicinas Nuevas de la FDA, John Jenkins, dijo que los miembros del panel reconocieron que los casos de efectos secundarios graves eran "muy raros" y pudieron haber ocurrido debido a sobredosis o mal uso de las medicinas."Debemos analizar de manera interna en la agencia la recomendación que hemos recibido", agregó.En una votación de 21 votos a favor y uno en contra el grupo recomendó que no se administren esas medicinas a niños menores de 2 años.Asimismo, por 13 votos a 9, sugirió que no se usen en niños de entre dos y seis años.Por otra parte, por 15 votos a 7, el panel se abstuvo de recomendar una medida similar en el caso de niños de entre 6 y 12 años Fuente: EFE

La lactancia mejora la inteligencia de niños con variante genética

Científicos de EE.UU. han confirmado que el amamantamiento mejora la inteligencia de un niño, pero sólo si éste tiene una determinada variante genética, reveló un estudio divulgado hoy por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences."Esta variante genética es la FADS2, un gen que controla los ácidos grasos y que puede ayudar a los bebés a aprovechar mejor la leche materna y promover un desarrollo cerebral vinculado a un mayor coeficiente intelectual", dijo Julia Kim-Cohen, profesora de psicología de la Universidad de Yale.Los niños que no poseen esta variante genética tienen un desarrollo intelectual normal y para ellos "haber sido amamantados no les ayudó a contar con una ventaja intelectual", agregó.La investigación se centró en los ácidos grasos no saturados que están en la leche humana, pero no en la leche de vaca o en las fórmulas infantiles.Según los científicos, se cree que ese tipo de ácidos grasos aumenta el desarrollo intelectual debido a que cuentan con una enzima que ayuda a mejorar la neurotransmisión y el desarrollo neuronal.En el estudio participaron 1.037 niños en Nueva Zelanda y 1.116 familias con mellizos del mismo sexo en Inglaterra y Gales.Los niños que fueron amamantados y que contaban con la variante genética registraron un coeficiente intelectual entre 5,6 y 6,3 puntos más alto que otros niños que también fueron amamantados pero no tenían la variante.Los científicos señalaron en el informe sobre la investigación que ésta reveló que los genes no sólo están involucrados en las enfermedades.Esta variante genética también refuerza una reacción positiva a un acto (el amamantamiento) que está presente en toda la evolución humana, manifestaron.En el estudio también participaron científicos del King s College de Londres, de la Universidad de Duke, en Carolina del Sur, y de la Universidad de Otago, en Dunedin (Nueva Zelanda).Fuente: EFE