jueves, 10 de enero de 2008

Vacunarlo es la mejor prevención

Es responsabilidad de los padres vacunar a sus hijos. Sin lugar a dudas, cuando un chico está vacunado está protegido de la mejor manera contra numerosas enfermedades peligrosas causadas por diferentes clases de microbios.
Si el niño ha sido vacunado, el sistema de inmunidad reconoce a los microbios, tiene listas sus defensas para combatirlos y genera anticuerpos para derrotarlos. En cambio, en el chico que no recibió su vacuna, el sistema de inmunidad no reconoce a los microbios, tiene que organizar sus defensas y fabricar los anticuerpos. Como este proceso tarda algunos días, mientras los prepara el pequeño se enferma. Recuerda, vacunar es amar a tu hijo previniéndolo de enfermedades peligrosas.
En la actualidad los niños disponen de una serie de vacunas que, administradas a muy temprana edad y con las correspondientes dosis de refuerzo, les garantizan una defensa eficaz frente a las enfermedades infecciosas de mayor difusión.

Conozcamos un poco más acerca de las vacunas
Durante el primer año será necesario aplicarle determinadas vacunas, pero ¿sabes cómo protegen a tu hijo? Muchas veces, cuando se padece una enfermedad infecciosa, se crea un estado de inmunidad que impide volver a padecerla. Esto se debe a los gérmenes que inducen en el organismo a la fabricación de unas sustancias llamadas anticuerpos, que en un próximo contacto con los mismos microorganismos los destruirán antes de que se desarrolle la enfermedad.
A esta inmunidad se le llama activa y suele ser para toda la vida. Otras veces estos anticuerpos provienen de otra fuente y no los fabrica el organismo. Es el caso del bebé, que recibe estas defensas a través de la placenta, durante la lactancia o bien cuando se inyecta un suero hiperinmune o una gammaglobulina especifica, rica en anticuerpos, de una enfermedad infecciosa concreta (tétanos, tos ferina, parotiditis).
El tipo de inmunidad que se genera de este modo dura solo unas semanas, después de las cuales el individuo vuelve a estar expuesto al padecimiento de la infección si se repite el contagio. Se trata de una inmunidad pasiva: el organismo recibe directamente los anticuerpos y no tiene que “esforzarse” en fabricarlos. Cuando estos anticuerpos se agotan la inmunidad desaparece. La finalidad de las vacunas es inducir al organismo, en el que se inoculan, a fabricar anticuerpos específicos, es decir se crea una inmunidad activa, que si no es definitiva, si es muy duradera.
¿Para que sirven?
Las vacunas o inmunizaciones tienen dos objetivos fundamentales: proteger contra las enfermedades infecciosas a nivel individual y colectivo y, a largo plazo, conseguir la erradicación de las enfermedades. Se considera que una enfermedad está eliminada cuando ha desaparecido de una comunidad, si bien se trata de una situación localizada en una zona, ya que persisten los riesgos de importación desde otras comunidades. Una enfermedad está erradicada cuando ha desaparecido toda posibilidad de contagio.
¿Cómo se preparan?
Las vacuna se pueden elaborar a partir de gérmenes atenuados o inactivos: microbios vivos a los que se les ha quitado su virulencia o poder infeccioso sin perder su capacidad de provocar respuesta inmunitaria, sometiéndolos a unas condiciones de vida inadecuadas para ellos, como exposición a temperaturas que alteran su mecanismo de reproducción o agentes químicos esterilizantes.
Reacciones
Las vacunas, en su mayoría, protegen de la enfermedad si se administran antes de la exposición a la misma, pero hay vacunas que protegen las dosis de refuerzo de la antitetánica. Las vacunas pueden provocar reacciones, la mayoría benignas, como fiebre, y malestar general y erupción al cabo de 2 a 7-10 días, dependiendo de la vacuna; inflamación de los ganglios regionales en el caso de la vacuna de la tuberculosis (BCG) y dolores articulares en la vacuna antirrubeola.
Además existen reacciones mas tempranas, locales, consistentes en el dolor e hinchazón en el punto de la inoculación. A veces las mamás, preocupadas, consultan sobre las reacciones de las vacunas, que generalmente se reducen a fiebre y malestar y los niños pueden llevar una vida normal.

Calendario de vacunación
Las vacunas incluidas en los calendarios de inmunizaciones varían según los países, pero no faltan las de difteria, tétanos, tos ferina, poliomielitis y sarampión.
Vacuna antihepatitis-B: Actualmente se administra siempre a los recién nacidos hijos de mamás seropositivas a este virus, así como a los adolescentes y otros individuos del grupo de riesgo.
Vacuna anti Haemophilus Influenzae B (HiB): También llamada “vacuna de la meningitis” por ser este germen responsable de un porcentaje importante de las mismas. Las causas de una meningitis pueden ser víricas y bacterianas. Las meningitis virósicas no son graves y, aunque su sintomatología pueda ser llamativa, la evolución, en general, es satisfactoria al cabo de una a dos semanas, sin dejar ningún tipo de secuelas. Las meningitis de origen bacteriano, entre ellas la provocada por el Haemophilus Influenzae B, son mucho más graves y exigen atención inmediata, porque la infección progresa rápidamente, poniendo en riesgo la vida del niño; esta bacteria también es la causa de la epiglotitis, que puede ser mortal. La seguridad y eficacia de esta vacuna son altas.
Vacuna antivaricela: Vacuna de virus vivos atenuados que se recomienda a niños que padecen leucemia en fase de remisión, inmunodeficiencias, etcétera.
Vacuna antigripal: Indicada en casos especiales como asma grave, cardiopatía, inmunodeficiencia, etc.
Existen más vacunas pero se utilizan menos y se reservan para momentos epidémicos o viajes a países donde la enfermedad tiene carácter endémico y otras con indicaciones concretas.
El padecimiento de una enfermedad infecciosa induce, en general, a la fabricación, por parte del organismo infectado de unas sustancias llamadas anticuerpos, que ante un nuevo contagio por el mismo germen lo destruyen antes de desencadenar la enfermedad. Se trata de una INMUNIDAD activa y muchas veces, definitiva.
La entrada de estos anticuerpos al organismo del niño, sea a través de la sangre de la madre durante el embarazo, a través de la leche materna o mediante la inyección de gammaglobulinas especificas, confiere una INMUNIDAD pasiva (los anticuerpos no son fabricados por el propio organismo) y, en general, transitoria, de unas semanas de duración.
La administración de las vacunas provoca, como en el primer caso, la fabricación de anticuerpos por parte del organismo del niño, con lo que la INMUNIDAD que confieren es activa y, aunque no siempre es definitiva, si es muy duradera.

Plan de vacunación de niños vigente en la República Argentina
Consulta a tu pediatra sobre el plan de vacunación vigente en tu país

Esta es la cartilla de vacunación recomendada, en la que se registran las vacunas que cada niño haya recibido. Ayuda a los papás a conocer el esquema de vacunación de sus hijos, y permite al pediatra o al personal respectivo , identificar las dosis que faltan aplicar. Es muy importante que guardes este valioso documento y que en las revisiones de tu hijo la lleves contigo para llevar un registro exacto de las vacunas aplicadas y las que le faltan.



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